El reto de reinventar la sanidad
La pandemia desatada por el Covid-19 ha permitido, al mismo tiempo, poner la lupa sobre la sanidad en todo el mundo, un hecho que raramente sucede, siendo éste uno de los pilares más relevantes en la mayoría de los países desarrollados. Y lo ha hecho, además, en un contexto poco idóneo: con un personal sanitario al borde la extenuación, sin equipos de protección y con hospitales al límite de su capacidad.
Ahora que parece que ya hemos conseguido doblegar la curva y que el sistema sanitario comienza a retomar una cierta normalidad, se plantea ante nosotros una oportunidad sin precedentes para dar respuesta a los retos que la sanidad, tanto pública como privada, tiene por delante. Es una ocasión única que no deberíamos desaprovechar. Es el momento de generar un debate - no solo entre la comunidad médico-científica, sino también en el conjunto de la sociedad y en el seno de nuestras instituciones políticas-, que contribuya a implementar nuevas soluciones y herramientas en nuestra sanidad que garanticen que lleguemos a una nueva realidad en la que pacientes y profesionales del sector de sanidad puedan sentirse más seguros.
Iniciar este camino no es tarea fácil, ya que aún tenemos que permanecer muy atentos al resurgimiento de un nuevo brote, pero debemos ir allanando el camino para abordar el debate de los desafíos de la nueva sanidad cuando todo esto haya pasado.
La consultora Mckinsey ha publicado recientemente un interesante artículo titulado Del ‘tiempo de guerra’ al ‘tiempo de paz’: cinco etapas para las instituciones de salud, en el que pone de manifiesto que las instituciones sanitarias se enfrentan a un reto multifacético sin precedentes: combatir la crisis sanitaria en primera línea, al tiempo que abordar cuestiones similares al que están haciendo frente otros sectores a nivel global, como es la necesidad de proteger a los empleados y gestionar la crisis económica que se avecina.
Entre los pasos que aborda el artículo se encuentra la capacidad de los líderes que están al frente de las instituciones sanitarias para resolver el problema aprovechando todo el conocimiento interconectado que hay en torno a esta enfermedad, demostrar resiliencia para hacer frente al impacto económico que el Covid19 tendrá en nuestra sanidad con el paso del tiempo, la capacidad de que el sistema sanitario pueda retomar otras investigaciones una vez haya pasado lo peor de esta crisis, el potencial de reinventar los servicios de salud en aras de una mayor seguridad y calidad para los pacientes y la facultad para reformar la sanidad del futuro ante los nuevos riesgos globales.
Al igual que hemos visto una colaboración sin precedentes que ha unido a la industria farmacéutica, biotecnológica, instituciones públicas y privadas, y organismos gubernamentales para hacer frente a un enemigo común, se nos plantea una oportunidad única para repensar y reinventar nuestra sanidad y adaptarnos a los nuevos desafíos que están por venir. Es ahora o nunca.
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