Europa apuntala los cimientos para proteger la salud de los ciudadanos
La pandemia de coronavirus ha supuesto un tsunami mundial a todos los niveles y, aunque el anuncio de la efectividad de la vacuna de Pfizer ha desatado el optimismo, lo cierto es que los expertos no dejan de pedir prudencia y es que, aunque hallemos la vacuna, el mundo entero ha quedado expuesto a amenazas invisibles que no solo evidencia la fragilidad humana, sino también de los sistemas sanitarios sobre los que nos apoyamos.
Es por ello que actuar de forma coordinada y colaborativa no es solo la mejor manera de salir de esta crisis sino, también, de hacer frente a futuros desafíos transfronterizos. “Nuestro objetivo es proteger la salud de todos los ciudadanos europeos. La pandemia de coronavirus ha puesto de relieve la necesidad de una mayor coordinación en la UE, sistemas de salud más resilientes y una mejor preparación para futuras crisis. Estamos cambiando la forma en que abordamos las amenazas a la salud transfronteriza”. Con estas palabras, la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen arrancaba su discurso para anunciar la creación de la Unión Europea de la Salud, una serie de propuestas cuyo objetivo es dotar a todos los países comunitarios de más seguridad sanitaria y prepararlos frente a futuras crisis.
Para ello será primordial mejorar la capacidad de respuesta de las principales agencias de la UE, como el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC) y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), cuyo trabajo se centrará en:
Anticiparse a las crisis: preparación de planes nacionales ante nuevas crisis de salud que serán auditados y sometidos a pruebas de resistencia por parte de la Comisión Europea y las agencias de la UE.
Reforzar la vigilancia: se creará un sistema de vigilancia integrado y reforzado a nivel de la UE, utilizando inteligencia artificial y otros medios tecnológicos avanzados.
Mejorar la notificación de datos: los países miembros deberán intensificar la comunicación de los indicadores de los sistemas de salud más destacados para abordar la crisis que exista en cada momento. Por ejemplo, personas ingresadas en las UCI, personal sanitario disponible…
Posibilidad de declarar una situación de emergencia en la UE: esta circunstancia generaría una mayor coordinación y permitiría el desarrollo, almacenamiento y adquisición de productos relevantes para la crisis.
Reforzar el papel de las agencias europeas. En el caso del Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC) se le dotará de sistemas que mejoren la vigilancia en tiempo real, la creación de un red de laboratorios de referencia de la UE, mayor autonomía para movilizar personal y formular recomendaciones sanitarias para cada uno de los países afectados.
En el caso de la Agencia Europea del Medicamento se reforzará su papel para mitigar el riesgo de escasez de medicamentos y material sanitario de primera necesidad, se la dotará de capacidad para coordinar estudios de control de la eficacia y seguridad de las vacunas, se la permitirá coordinar ensayos clínicos y se la proveerá de asesoramiento científico sobre medicamentos que puedan ser capaces de tratar, prevenir o diagnosticar las enfermedades que causan estas crisis.
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