La OMS fija una estrategia global para acabar con el cáncer de cérvix
El cáncer de cuello de útero, también conocido como cáncer de cérvix, es causado por el virus del papiloma humano y es el cuarto cáncer más frecuente en las mujeres, por detrás del cáncer de mama, de ovario y de útero. Se calcula que en 2018 hubo 570 000 nuevos casos, de los que más de 311.000 derivaron en muerte, lo que representa el 7,5% de la mortalidad femenina por cáncer. Las tasas de incidencia más altas se producen en América Central y del Sur, en el África subsahariana y en el sudeste asiático.
En España, por su parte, la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) estima que anualmente se diagnostican unos 1.900 nuevos casos de este tipo de cáncer y cifra los fallecimientos en 680 cada año, el 3,3% de las defunciones provocadas por tumores femeninos.
La parte positiva de esta realidad es que puede revertirse, ya que este tumor se puede evitar y curar si se detecta a tiempo gracias a una estrategia de detección precoz, el acceso a la vacunación y un tratamiento adecuado. Para ello, la Organización Mundial de la Salud va a poner en marcha una estrategia global con la que evitar la muerte de hasta 5 millones de mujeres de aquí al año 2050.
El cáncer de cuello uterino se diagnostica más frecuentemente en mujeres entre las edades de 35 y 44 años, por eso, la estrategia marcada por la OMS se centra, principalmente, en este tramo de edad. Los objetivos marcados en este plan se traducen en que el 90% de las niñas sean vacunadas con todas las dosis de la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) a los 15 años, que el 70% de las mujeres sean examinadas con una prueba de alto rendimiento al llegar a los 35 años y de nuevo a los 45, y que el 90% de las mujeres diagnosticadas con enfermedad cervical reciban tratamiento, el 90% con precáncer y el 90% con cáncer invasivo.
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