Los errores en la medicación, tercera causa de muerte en España
Según un reciente estudio realizado por SENSAR, Sistema Español de Notificación en Seguridad de Anestesia, los errores de medicación son la tercera causa de muerte en España, solo por detrás de las causadas por las enfermedades cardiacas y el cáncer, y el 80% de ellos puede prevenirse, tal y como apunta una información publicada por Infosalus. Estos datos contrastan con los presentados por la la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), que alertaba de que los errores de medicación eran la quinta causa de muerte en España y provocaban el fallecimiento de 8.000 personas al año.
Esta problemática no existe únicamente a nivel local sino que es extrapolable a muchos otros países como Estados Unidos, donde los errores de medicación provocan daños a, aproximadamente, 1,3 millones de personas al año.
El informe, realizado en más de 100 hospitales españoles y publicado en la revista ‘The British Journal of Anesthesics’, apunta a que el 31% de los incidentes reportados sobre la seguridad del paciente se asocian a la medicación. De ellos, el 36% provoca daños en los pacientes y el 64% restante no tiene ninguna consecuencia.
El estudio también ha analizado cuáles son los medicamentos que presentan mayores incidentes. De este modo, por volumen, se sitúan aquellos usados para terapias relacionadas con alteraciones de la coagulación y la trombosis (antigregantes plaquetarios y heparinas). Los fármacos más asociados con daño en los pacientes son las benzodiacepinas, la insulina y los analgésicos. "Y los de mayor severidad se producen en los tratamientos con insulinas, anestésicos y fármacos vasoactivos, es decir, con adrenalina o noradrenalina, por ejemplo”, tal y como reconoce Daniel Arnal, responsable del Comité de Seguridad y Calidad del Paciente de la Sociedad Europea de Anestesiología.
El estudio concluye que los errores asociados a la medicación se producen en todas las fases, desde la prescripción hasta la preparación del fármaco, la dispensación, la administración y la monitorización del efecto del medicamento; aunque casi la mitad, el 42%, se concentra en la fase de administración, donde además se reporta la mayor tasa de daño al paciente (44%).
Estas conclusiones ponen de manifiesto la necesidad de introducir sistemas de trazabilidad integral en los hospitales que aseguren la concordancia entre la prescripción, la validación farmacéutica, la preparación en la farmacia hospitalaria y la administración al paciente, un protocolo que podría ahorrar 1.779 millones de euros al año al Sistema Nacional de Salud.
En la misma línea apunta el informe “Control y Trazabilidad de la Producción de Medicamentos en la Farmacia Hospitalaria” realizado por la compañía Lug Healthcare Technology, que aboga por establecer unos sistemas de control durante todo el proceso que contemplen cuatro áreas de actuación. En primer lugar, Trazabilidad Sanitaria, que incluye la determinación de lotes, caducidades, alarmas sanitarias y la identificación de proveedores; en segundo lugar, Trazabilidad Logística, que abarca la clasificación del producto y sus unidades, su registro y expedición o la información disponible sobre sus atributos; en tercer lugar encontramos la Trazabilidad Financiera, un aspecto que se refiere tanto a la gestión de recursos y suministros, como el control del presupuesto; y por último la Trazabilidad Clínica que incluye un informe detallado del paciente y su historia clínica.
En aras de reducir esta problemática, la Organización Mundial de la Salud impulsó en el año 2017 el reto “Medicación sin daño”, en el que se fijó como objetivo reducir a la mitad los daños graves y evitables relacionados con la medicación en todos los países en un plazo de cinco años.
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